Los envases tienen como principal cometido contener y proteger a los productos, aunque pueden cumplir muchos más objetivos si explotamos bien este recurso en base a una buena estrategia de marketing y comunicación. Vamos a ver las funciones principales del packaging y cómo llevarlos a cabo.
Diseño de envase como estrategia
Cuando compramos un producto buscamos una satisfacción final. Si queremos que un zumo de piña sepa a piña y que un detergente limpie, entonces, ¿por qué tiene tanta importancia el envase a la hora de elegir uno u otro?
¡Sencillo! el envase será el encargado de llamar la atención y será el detonante de que elijamos uno u otro producto.
Diseñado por: Gwyn M. Lewis
Diseñado por: Estee Lauder & Laird + Partners
Algunos de los objetos de consumismo por excelencia son los perfumes, vinos, cervezas, latas…desde el etiquetado hasta el embotellado, desde la caja de cartón que envuelve un pack hasta la chapa o tapa del producto. Todos estos soportes son susceptibles de ser portadores de imagen de marca además de cumplir funciones prácticas. A continuación veremos cuáles son las funciones que debe cumplir un envase.
Funciones principales del packaging
- Diferenciarse de la competencia. Resaltar sobre el resto es vital para que el consumidor decida comprarlo.
- Proteger y conservar el producto. No hay que perder de vista la principal función del contenedor. Garantizar la higiene y seguridad del producto está dentro de las funciones del mismo. Más adelante veremos los distintos tipos de envase que existen.
- Identificar al producto. Puede parecer obvio, pero el consumidor debe saber que un contenedor corresponde al producto que esté buscando y no sea por confusión. Estamos familiarizados con una tipología de envase y apariencia en productos y se puede confundir un gel con un detergente si el planteamiento de un packaging es muy arriesgado.
- Branding. Si hay algo que caracteriza a un buen diseño de envase es aquel que transmite los valores de marca en cualesquiera que sean sus atributos físicos.
- Distribución. Contemplar desde la conceptualización del diseño de packaging la logística del mismo es básico para que crear un buen producto que sea cómodo y práctico en su traslado y almacenaje.
Diseñado por: Gwyn M. Lewis
El diseño de packaging abarca desde el cierre de una botella, pasando por el etiquetado hasta el contenedor que albergará nuestro producto. Es pues que distinguimos 3 grandes grupos de tipología de envase:
- Envase primario: es aquella botella de cristal, paquete o lata que contiene el producto final, estando en contacto directo con el producto. Aquí la funcionalidad se impone por encima de otros atributos en pro de conservar y preservar el producto en condiciones óptimas, no sin olvidar que puede ser el packaging final que llegue al consumidor y donde focalizaremos nuestro diseño de producto.
- Envase secundario: este será el contenedor del anterior, reforzando la función de protección y contención, ya sea en la manipulación de la mercancía u otras cuestiones que requiera el contenedor primario (envase frágil o delicado).
De hecho, este ha cobrado gran importancia en la venta online, en la conocida fase de ‘Unboxing’, proceso por el cual se va desempaquetando y sacando el producto de la caja o envase, de manera que el usuario pueda conocer características del producto que solo puede conocer a través de una buena fotografía de producto y, además, darle exclusividad y valor de marca.
- Envase terciario: muchas veces cumple una función logística, pues se encarga de agrupar todas las unidades anteriormente mencionadas para que su manipulación y transporte sea lo más sencilla y práctica posible.
Ejemplo de envase primario y secundario. Diseñado por: Kaleidoscope
El packaging es un punto de partida importante en nuestra estrategia de comunicación, pues el producto que llegue al consumidor no siempre será el primario, sino que puede darse el caso de que el envase que se exponga en un estante del supermercado sea el secundario, debiendo reforzar en este caso el diseño de este contenedor. De igual manera y, dependiendo del concepto del packaging, se puede dar el caso de varios envases secundarios o incluso no existir alguno de ellos.
Diseñado por: Backbone Branding
Por otra parte, los acabados, materiales y técnicas de impresión juegan un papel fundamental en la apreciación final del consumidor respecto al producto y, sobre todo, a esa apelación a los sentidos de la que hablábamos antes.
¡A TENER EN CUENTA! El stamping son serigrafías sobre vidrio o acabados especiales que refuerzan el diseño y se convierten en factores decisivos a la hora de la compra del producto.
5 tendencias actuales
- Diseño gráfico más obvio. Transmitir cantidad, buena visibilidad de la información y fotos realistas del producto (o incluso dejar ver el contenido) crean confianza y fiabilidad al consumidor.
- Apelar a todos los sentidos. Es el modo de llegar al consumidor de una manera rotunda. Los perfumes trabajan mucho su estrategia de comunicación alrededor de esta premisa.
- Adaptado al e-commerce. Con la creciente presencia del e-commerce, el cómo percibimos un producto online condiciona de forma directa al diseño del packaging, pues el usuario no se complica y la decisión de compra es más rápida e impulsiva.
- Eco-friendly. El respeto por el medio ambiente es una tendencia tan necesaria como frecuente en los últimos años, optando por materiales reciclables y con menor impacto que otros para dar valor al producto y, por ende, a nuestra marca. Como resultado, la elección del cartón y cristal se impone frente a plásticos o aluminio.
Diseñado por: Veronica Kjellberg and Mila Rodriguez
En resumen, la elección del tipo de envase, diseño y demás aspectos que envuelven al packaging de tu producto dependerán en gran medida de tu estrategia de marketing, pero si algo puede hacer que nos distingamos de la competencia es la creatividad con la que resolvamos todo aquello que envuelve al diseño de packaging, ya sea desde la concepción del producto, elección de materiales o acabados. Además estos envases puedes personalizarlos para una fecha especial como Halloween consiguiendo… ¡envases terroríficos!